viernes, 12 de diciembre de 2008

De noche

Mentí cuando dije que no me gustaba tu chica. Bueno, no del todo; es que la tipa tiene lo suyo pero arruina todo cuando empieza a hablar de ovnis (me gustas cuando callas porque estás como inteligente). Todo esto es tu culpa, había pensado en golpearte pero lo medité y no pego tan duro. Creo que te ignoraré y actuaré como que soy superior a tí, lo cual no será tan difícil si tomamos en cuenta el espectáculo que has brindado.

¿La otra? ¿Cómo te atreves a referirte a ella como la otra? El hecho de que tu estés junto a una ufóloga idiota no significa que puedes poner a las dos en la misma categoría. Muestra respeto. Qué quién es ella me preguntas. Olvídalo. Ella es demasiado para tí. Es demasiado para todo este bar lleno de borrachos. Ni tú ni esa partida de gallotes babosos se dan cuenta que están frente a una eminencia, una aparición. Ella debería ser objeto de investigación científica. Estoy seguro que de su sonrisa emana energía suficiente para iluminar un par de ciudades. Ella baila ríe y bebe por diez, siempre dice lo que no debe cuando no debe, lo cual le suma encanto. Su vestido. Es maldad envuelta en genialidad.

¿Yo? yo sólo sé decir clichés.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me despido, mundo cruel.