lunes, 2 de agosto de 2010

Enrico Ardines venciendo a los malos robots

A veces mis miedos me atropellan y luego se vuelven un robot todo grande como Optimus Prime. Estos episodios de decepticons haciendose pasar por autobots han ido generando un cúmulo de rencor, cinismo, amargura, depresión, creerme la gran vaina y uno que otro buen chiste. pero uno se va cabreando del cabreo y el optimismo vuelve a su condición óptima como un durán que no se rinde y ataca con euforia pop y vuelve la canción de willie colón a sonar con su lírica bíblica/tropical/maleante/valiente:

CON FE DE NIÑO Y MAÑA DE SERPIENTE.

No hay comentarios: